Genética y trastornos mentales. Entrevista con el investigador Sergi Mas

por | MenteScopia

¿Cómo de importante el estudio de la genética en el campo de la Salud Mental? Conversamos con Sergi Mas, profesor de Farmacología en la Universidad de Barcelona e investigador CIBERSAM. Biólogo de formación, comenzó su carrera de investigación en cáncer de colón y en análisis de datos. En una ocasión, fue invitado a sesiones clínicas con pacientes con trastornos mentales. En este nuevo contexto descubrió la práctica del personal médico e inició un mayor interés por herramientas para mejorar la práctica clínica. Desde entonces, le apasiona el estudio del cerebro, aunque admite las grandes dificultades que acarrea por su enorme complejidad.

 

¿Qué nos pueden decir los genes sobre nuestra salud mental?

Los genes nos pueden explicar la base biológica que hay detrás de un trastorno mental. Es decir, qué ocurre más allá de los síntomas y su evolución. Luego, si el conocimiento avanza, nos darían información sobre el riesgo que podemos tener de desarrollar una enfermedad mental o de la respuesta frente a un tratamiento u otro.

 

En el desarrollo de trastornos, ¿estamos condicionados por la genética?

En los trastornos mentales existe una interacción de factores genéticos y factores ambientales. Sabemos que hay muchos factores genéticos implicados, pero también sabemos que ninguno por sí solo es determinante y que no van a hacer que desarrollemos un trastorno mental, ni tampoco el hecho de haber estado expuesto a factores ambientales. Esto se observa en familias con muchos miembros que han desarrollado alguna enfermedad de salud mental, pero encontramos que hay otros que no a pesar de compartir base genética.

 

¿Se pueden heredar los trastornos mentales?

Se sabe que hay cierto riesgo de desarrollar un trastorno a partir de nuestra genética. Si conociéramos bien este riesgo genético podríamos prevenir los factores ambientales, es decir, los factores no genéticos de riesgo. Por ejemplo, para estar más alerta o implementar estrategias como evitar la exposición al cannabis. Es algo que hoy en día todavía nos falta.

 

Comentas que todavía falta para conocer los factores genéticos de riesgo. ¿En qué punto estamos en la actualidad?

Se avanza muy rápido en la investigación genética de los problemas de salud mental y a un ritmo que hace unos años era imposible imaginar. Hay un esfuerzo enorme por parte de investigadores de todo el mundo. Sin embargo, la investigación en genética requiere de tener una población de pacientes muy grande. Para conseguirlo, necesitas que mucha gente trabaje de forma conjunta desde distintos países, ciudades y hospitales, recogiendo información y estando dispuesto a compartirla.

Creo que la colaboración en psiquiatría ha sido más exponencial que en cualquier otra disciplina, lo que ha llevado a que se pueda trabajar con muestras tan grandes y a conocer la base genética de los trastornos mucho mejor que hace unos años. Ahora bien, eso no quiere decir que conozcamos todo, ni que hayamos puesto nombres y apellidos a todos los genes.

 

En los trastornos mentales existe una interacción de factores genéticos y factores ambientales

 

¿Con qué tipo de herramientas trabajáis en investigación?

Usamos distintas herramientas y metodologías para analizar todo el genoma de una persona. Hasta hace poco, esto era carísimo y muy lento de hacer. En el año 2000 culminó el “Proyecto Genoma”, que secuenció la secuencia de ADN de un solo individuo durante 10 años con la participación de investigadores de todo el mundo. Hoy en día la puedes obtener en solo unas horas. Además, con la llegada de la bioinformática, los algoritmos, el Big Data y la Inteligencia Artificial, podemos buscar “palabras” concretas de todo un libro, sin tener que leerlo entero. De esta forma, podríamos encontrar factores de riesgo asociados, por ejemplo, a la esquizofrenia.

 

¿El estudio de la genética en trastornos mentales está ayudando a los tratamientos?

De momento no. Es demasiado pronto como para introducirlos en salud mental, pero es un poco el camino. En nuestro equipo investigamos en medicina para la personalización de tratamientos, haciendo uso del conocimiento que nos proporciona la genética. Por ejemplo, sabemos que la capacidad cognitiva de los pacientes determina, en parte, su respuesta a los tratamientos. Y sabemos que la capacidad cognitiva también tiene su base genética, por lo que esta base genética podría ayudar a predecir la capacidad de respuesta.

 

¿En qué medida condiciona la variabilidad genética de un individuo en la respuesta a fármacos?

La investigación nos indica que la base genética es común entre todas las personas que tienen un trastorno. Sin embargo, entre todos los que tienen, por ejemplo, esquizofrenia hay quien responda bien y quien responda mal. Entonces, la base genética de la esquizofrenia quizás no es la que está detrás de esto. Hay otras bases genéticas que quizás nos permitan identificar subtipos biológicos dentro del trastorno y, a partir de ahí, aplicar tratamientos más específicos para cada uno de estos subtipos. Un ejemplo sería lo que comentábamos anteriormente de las bases genéticas de la cognición. Peró por el momento, la genética solo explica un porcentaje muy pequeño de la respuesta a los fármacos y hoy aún no tiene aplicabilidad clínica por sí sola.

La excepción la encontramos en lo que denominamos la farmacocinética, es decir, el estudio de lo que nuestro cuerpo hace a los fármacos y que determina cómo estos fármacos se absorben, se distribuyen y se eliminan. Esto condiciona las dosis que debemos administrar y que depende de características como el peso, las funciones hepáticas o renales, la interacción con otros fármacos… y la genética. Las bases genéticas implicadas en la farmacocinética son las que se conocen mejor. Por tanto, hoy en día, la personalización de la dosis en base a todo este conocimiento es una realidad que se podría aplicar. Ser más efectivos y más rápidos a la hora de prescribir un fármaco a la dosis correcta es uno de los aspectos claves para mejorar el tratamiento en sí.

 

¿Qué tratamientos encontramos para la prevención o atención temprana que no incluya fármacos?

No soy experto en este tema, pero sabemos que el tratamiento psicosocial o las terapias cognitivas-conductuales son efectivas. La capacidad cognitiva del paciente es un determinante muy claro para su evolución y, por eso, los psicólogos tratan de entrenar este aspecto.

No deberíamos fiar todo al tratamiento farmacológico, porque los fármacos que tenemos en la actualidad no siempre funcionan. Los médicos se han acostumbrado a prescribirlos y nosotros, como pacientes y usuarios de la salud pública, también nos hemos acostumbrado a que nos lo den. España es de los países que más prescriben y que más gastan en fármacos. En todo hay que hacérselo mirar, porque no es la única vía.

 

La genética solo explica un porcentaje muy pequeño de la respuesta a los fármacos y hoy aún no tiene aplicabilidad clínica por sí sola.

 

¿Qué es la epigenética y qué relación tiene con la salud mental?

Para explicar qué es el ADN solemos decir que es como un manual de instrucciones. La epigenética es como si subrayamos los puntos que tenemos que leer. Es decir, son cambios en el manual sin afectar a las letras. Tenemos muchísimos genes, pero no todos funcionan a la vez ni son necesarios en todas las células del cuerpo, por lo que la epigenética es un mecanismo de regulación que nos dice los genes que han de funcionar en cada momento y lugar.

Creemos que tiene una gran importancia en salud mental, porque cuando decimos que los “factores ambientales afectan” significa que actúan a través de la epigenética. Ese “efecto ambiental” sería el subrayado en determinadas palabras o determinadas frases del manual de instrucciones. Es un campo apasionante, pero muy difícil de estudiar por su dinamismo y su mutabilidad.

 

¿Algún ejemplo en concreto? ¿La salud mental de la gestante durante el embarazo tiene un impacto en el futuro del bebé?

Cuando se sufren situaciones de estrés, tus células se preparan ante estas y se activan unos programas muy concretos de respuesta, incluida la persona gestante. Aquí encontramos estrés oxidativo, falta de nutrientes, hipoxia… Ese cambio puede alterar el correcto desarrollo de las estructuras cerebrales durante la gestación y, además, puede ser persistente y difícilmente reversible. La hipótesis que se maneja es que ese cambio epigenético se puede ver reflejado durante la juventud o en la edad adulta de la persona que va a nacer.

 

¿Algún mensaje final sobre investigación en genética de la Salud Mental?

El futuro pasa por entender que el estudio de la genética abarca una enorme complejidad. Una vez que conozcamos todos los genes, con sus nombres y apellidos, el reto será la traslación a la práctica clínica. Esto se traducirá en herramientas para que el personal clínico mejore sus diagnósticos y también los tratamientos. Sin embargo, por el momento está siendo muy difícil.

MenteScopia un proyecto multimedia para divulgar información sobre enfermedades mentales y su prevención. Una apuesta por la educación en salud mental dirigida a la población adolescente y que conciencie a pacientes, familias y otros sectores sociales.

Una iniciativa organizada por PsyNal (Grupo de Psiquiatría Traslacional) y CIBERSAM (Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental) con la colaboración de FECYT – Ministerio de Ciencia e Innovación.

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